Para aprender, avanzar y evolucionar.
Vamos a ponernos en marcha en cuanto al trabajo interno del cuerpo y del cuidado personal. Para empezar a analizar nuestro cuerpo comenzaremos con unas pinceladas sobre el ADN emocional.
Cada individuo viene a la vida con un vehículo para recorrerla: su propio cuerpo. Cada uno con diferentes capacidades, unas las traemos de esta frecuencia, otras de frecuencias pasadas, y todas juntas nos hacen ser como somos, seres únicos y exclusivos en nuestro avance en el universo.
Todas estas vivencias: desde mineral, vegetal y animal de los diferentes medios (agua, aire y tierra), junto con las diversas vidas que podamos haber vivido como humanos constituyen lo que somos ahora.
Es por esto que cada persona tiene una capacidad única para la vida. Esto quiere decir que no puede compararse con nadie, debe es centrarse en su camino y en todo lo que tiene por resolver con este cuerpo, en esta frecuencia, en el ahora.
La capacidad para la Vida se llama en el método TRCD ADN emocional, el cual llevamos inscrito en nuestra columna vertebral. El mismo se va activando según el niño crece y desarrolla su cuerpo físico de carne y hueso (su cuerpo de masa). A la par va construyendo un cuerpo energético con las experiencias y vivencias del día a día que está hecho de colores como podemos ver en las imágenes.
Según como vayamos viviendo la información de nuestro ADN, construiremos mejor o peor cada zona corporal, en consonancia con nuestra capacidad para la vida.
Como ejemplo tenemos la V1 (vértebra 1) la cual se activa sobre los 2 años de edad cuando el niño ya puede decir frases al hablar, está empezando a desarrollar su ADN emocional de la columna. La V1 vibra en color BLANCO.
Esa vértebra primera de la columna que es la MADRE marca que el niño de los 2 a los 3 años tiene que coger el cariño de su madre y a su vez la madre tiene como función darle cariño al niño.
Así se construye una zona que se llama el fajín de fuerza. Es una franja que está a 2 cm por encima del ombligo como un cinturón de 2 cm de ancho que es la cintura.
Según como hagamos ese vínculo con la madre llegaremos a la adolescencia abriendo la V10 (las relaciones) que es la siguiente vértebra del circuito blanco del ADN emocional. Ahí tendremos la oportunidad de trabajar de nuevo la zona de fuerza.
Entonces ahora a los 16 años, si pudimos coger el cariño de la madre a los 2 años, podremos establecer relaciones desde la libertad, de otro modo, si no cogimos el cariño, o no nos lo dieron, tenderemos a formar relaciones desde la dependencia.
En conclusión, si lo hemos vivido bien la zona corporal estará más estructurada y fuerte, o estará más desestructurada y con grasa si no hemos hecho estos vínculos con libertad.
Este es un ejemplo de la conexión de nuestro ADN con nuestro cuerpo energético.
En próximos artículos seguiremos avanzando en el análisis del cuerpo y su capacidad para la vida.